En la vida o en la muerte
jmcp | Minnesota, Feb 2020 |
El apóstol San Pablo comprendió estas profundas verdades. San Pablo pasó más tiempo caminando el "valle de sombras de muerte” que descansando en "delicados pastos y aguas de reposo” -- por decirlo en palabras del Salmo 23. La tradición nos enseña que San Pablo no murió en un lugar cómodo acompañado del calor de la familia... Por el contenido de sus escritos sabemos que su vida estuvo colmada de sufrimientos y peligros. Y desde esas experiencias, en su carta a los Romanos (14.7-8, RVC), San Pablo nos recuerda que “...nadie vive para sí, ni nadie muere para sí, pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ya sea que vivamos, o que muramos, somos del Señor.”
La realidad del COVID -19 no es algo que ocurre "al otro lado del mundo." Es un mal que ya está tocando nuestras puertas. Amistades, familiares, gente de nuestros vecindarios, hermanas y hermanos de la comunidad de fe, están y estarán en duelo y luto. Tal vez a algunas o algunos de nosotros también nos llegue la hora de partir de este mundo por causa de esta condición. La fe no nos exime de transitar este camino. Sin embargo nos otorga la certeza de la gracia de Dios en todo tiempo y toda circunstancia. Como bien lo expresa Una Breve Declaración de Fe de nuestra Iglesia, partiendo de la enseñanza bíblica y del testimonio de quienes nos precedieron, "con creyentes en todo tiempo y lugar, nos gozamos de que nada, en la vida o en la muerte, puede separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro." Soli Deo Gloria.
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