Evidencia del amor
![Imagen](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG-ybRcD9P3KOhvJBEMpteFwDhin3eHBH-6zTBJC_EenS8yPSYMMwBUVDlrWA4LpJDiEaItDm7bpC1CKDEAFs3ksX6fNyy3UNjHyIli3Fm_dOMxn4W0JOZzvvyfPTMeIiF5kXx79TIOsNhbwSaGOzY9VtcggMXNW9kxLaItiul6JJs3mEJRaxs_PE_eno-/s320/4326158.jpg)
Génesis 29.15-28, RVC Hoy continuamos nuestra travesía por la historia de Jacob (las dos reflexiones previas pueden ser leídas aquí y aquí ). Recordemos que el nombre “Jacob”, por la semejanza del sonido, es relacionado con el verbo hebreo que significa “hacer trampa” o “suplantar”. En los capítulos 25 y 27 de Génesis observamos a Jacob haciendo gala de su nombre: haciendo trampas y suplantando a su hermano para quedarse con los derechos de la primogenitura. La presente narración nos muestra a Jacob entrando en contacto con su tío Labán, con quien también tendría una relación accidentada y marcada por las trampas y los engaños. No voy a entrar en los detalles de la trama. Me limito a decir que el tramposo fue víctima de una trampa por parte de su tío, quien aparentemente tenía más experiencia y sagacidad en esto de timar a la gente. Vale señalar que se trata de una narración muy antigua, que refleja los valores de sociedades nómadas patriarcales y polígamas, y no vamos aquí a juzgar