Una palabra de gratitud
«...y sed agradecidos» (Colosenses 3.15) La Escritura nos enseña una y otra vez la linda virtud del agradecimiento. Cuando somos agradecidos(as), humildemente estamos reconociendo que lo que somos y lo que tenemos no es el producto exclusivo del individuo, sino que es el resultado de la gracia, el esfuerzo, y la contribución que – con o sin intención – otras personas han hecho. Nadie puede reclamar con veracidad el “haberse formado sólo”: somos seres gregarios. Por ello quiero dedicar estas líneas a manifestar públicamente mi gratitud a: a mi esposa, Vilmarie Cintrón-Olivieri, por haberse embarcado conmigo en el proyecto de vida que nos ha unido durante quince años (más los años que vendrán);
a mi familia inmediata y extendida, por lo que con amor y sacrificio han sembrado en mi, por su apoyo incondicional y su acompañamiento en todo tiempo;
a la Presbyterian Church (USA) en su expresión puertorriqueña, por haberme formado durante mis primeros 41 años de v