Pastoreando republicanos, demócratas y otros especímenes
Al acercarse las elecciones generales en los Estados Unidos, hay un mensaje que quiero estipular claramente. Lo he expresado en varias ocasiones, pero de vez en cuando no viene mal un recordatorio, particularmente cuando hay quienes suelen olvidarlo... Como pastor, no es mi función endosar públicamente candidato ni partido político alguno. No es mi función decir ni insinuar ni recomendar a mi feligresía que vote por tal o cual persona. Considero que eso es un flaco servicio al Evangelio de la gracia de Dios en Cristo y una falta de respeto a mi vocación pastoral. Mi deber es pastorear a todas las personas, indistintamente de cuáles sean sus preferencias particulares. No voy a dejarme arrastrar por el juego de quienes pretenden que yo "le eche la bendición" a su candidato de preferencia. Claro está, esto no significa que los cristianos no debamos participar activamente en el quehacer de nuestra sociedad. No hemos sido llamados a alienarnos del mund...