Teníamos la esperanza
( Lucas 24.13-35, RVC ) El pasaje que hoy te invito a leer y meditar contiene una de las narraciones más bellas de todas las Escrituras Sagradas. En él se cuenta la experiencia de unos discípulos de Jesús que iban caminando desde la ciudad de Jerusalén a una aldea llamada Emaús, el domingo siguiente a la tortura y ejecución de Jesucristo. La narración, no solo es hermosa, sino también muy profunda. No obstante, hoy quisiera concentrar nuestra atención en dos aspectos. En primer lugar, observamos el nivel de desánimo de aquellos discípulos. Por lo que se desprende de la lectura, los podemos imaginar cabizbajos, caminando lentamente, casi arrastrando los pasos. No es muy difícil hacer esa imagen mental, pues también sabemos lo que se siente. Hemos caminado esa misma jornada a lo largo de nuestra vida. Incluso, tal vez tú o yo la estemos experimentando en estos días: esa jornada de lamento, tristeza y angustia caracterizada por la ausencia de ánimo para dar el próximo paso. Uno de aq...