Para enfrentar el nuevo año
“ En ese mismo instante Ana se presentó, y dio gracias a Dios y habló del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. ” (Lucas 2:39 —texto completo en Lucas 2:22-40 , RVC) Al acercarnos al final del calendario civil, observamos cómo se reanudan las tradiciones de hacer repasos y recuentos de lo ocurrido. De igual manera hemos estado ya observando los acostumbrados saludos y felicitaciones salpicados por una visión cuasi-mágica de lo que “el año nuevo traerá.” Francamente el año que culmina ha sido difícil, muy difícil. Ha sido un año que ha planteado grandes retos, tristezas, penurias y dificultades en todas las esferas de la experiencia humana, a nivel personal y a nivel colectivo. No hay duda de que en muchas familias, al calcular el balance de vivencias, lejos de quedar huellas, lo que queda son cicatrices que representan amarguras y dolores que no quisiéramos recordar jamás. Con toda razón tantas personas esperan con ansias que el año se termine de una vez y co