María ha escogido
Mucho se ha escrito sobre la visita de Jesús a sus amigas Marta y María. El episodio se encuentra narrado en Lucas 10.38-42 (leer aquí). Las interpretaciones y aplicaciones tradicionales de este pasaje bíblico se enfocan en desalentar el interés de Marta en las tareas domésticas y encomendar a María por preferir sentarse a escuchar a Jesús. En muchos casos se tiende a avergonzar a Marta como si su comportamiento fuese negativo, cuando en verdad, a la luz de su contexto, no lo era.
De todos modos, la narración juega un papel importantísimo para entender el trato de Jesús hacia las mujeres en una época donde el papel de la mujer estaba limitado básicamente a tener hijxs y atender la casa, siempre subordinada a la voluntad del hombre. En este caso, Marta estaba cumpliendo al pie de la letra su rol socialmente establecido, mientras que María rompió el paradigma al asumir un rol tradicionalmente reservado para el varón ⸺ y ¡Jesús la felicitó!
Ahora bien, este episodio toma singular pertinencia a la luz del contexto actual en los Estados Unidos y sus territorios. La reciente reversión del Tribunal Supremo a la decisión del caso Roe vs Wade, ha encendido virulentamente el debate sobre derechos reproductivos, animado por sectores religiosos que se caracterizan por promover en pleno Siglo 21 tradiciones de control y subyugación de la mujer pertenecientes a otras épocas y otros contextos. Dicha situación, desafortunadamente, ha quedado matizada por la politiquería partidista, al igual que el cambio climático, la justicia social, la inequidad económica y otros tantos asuntos que afectan la sana convivencia de todas las personas indistintamente de la(s) ideología(s) que profese(n). Diversos Estados de la Unión están aprovechando esta coyuntura para retroceder en el tiempo a una sociedad americana donde los derechos civiles no eran iguales para todas las personas, aprobando leyes draconianas que pasan por alto los conocimientos de las ciencias naturales y las ciencias sociales, y que de facto deslegitiman a la mujer como ente con capacidad moral decisiva sobre sí misma. El tema es muy complicado y tiene muchísimas vertientes que no pueden ser encajonadas ni resueltas con estribillos de “pro-vida” y “pro-aborto”, o lanzando vituperios diciendo que “las mujeres quieren matar bebés” (una expresión fundamentada en desinformación). Son muchísimos los factores a considerar. No obstante, resulta indignante que dichas decisiones sean tomadas por quienes sistemáticamente pretenden convertir el gobierno de nuestra República en una teocracia dirigida por elementos de una cristiandad distorsionada.
Es aquí donde el pasaje de Lucas 10.38-42 nos puede iluminar. Las palabras de Jesús a Marta son muchísimo más contundentes de lo que a simple vista se puede percibir. Es menester ir más allá de una lectura “espiritualizada” del episodio. En una sociedad donde se imponían sobre la mujer roles específicos que limitaban su agencia como persona plena, Jesús felicitó a quien se rebeló contra dichas imposiciones y asumió responsabilidad sobre su espacio, tomando control de su destino: “María ha escogido”. Jesús reconoció la capacidad y la libertad de María para escoger lo que ella considera “mejor”. Quienes afirmamos el discipulado cristiano, debiéramos seguir el ejemplo de aquel a quien llamamos “Maestro” y “Señor”, y lejos de pretender controlar a otras personas (en este caso, personas embarazadas), debiéramos asegurar que tengan las herramientas y recursos necesarios para tomar decisiones propias en un ambiente que garantice seguridad emocional, espiritual y física.
Recursos:
Aquí se encuentra un artículo sobre la reciente acción de la Asamblea General #225 de la Iglesia Presbiteriana (EE.UU) afirmando la capacidad moral de mujeres y personas embarazadas para escoger.
Aquí se encuentra la resolución aprobada por la Asamblea General #220 de la Iglesia Presbiteriana (EE.UU.) sobre el acceso justo al cuidado de salud reproductiva. `
Aquí se encuentra un artículo de la Sociedad Histórica Presbiteriana detallando el proceso de discernimiento de la Iglesia Presbiteriana (EE.UU.) a través de los años hasta llegar a las posturas actuales sobre el aborto y los derechos reproductivos.
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