Que fluya la justicia y el derecho mane

Amós 5.24
[Una plegaria publicada por el liderato de la Iglesia Presbiteriana (EUA) con motivo de los trágicos acontecimientos en Ferguson, MO.]

Oh Dios, con corazones apesadumbrados nos dirigimos a ti. Otra vida arrebatada, otro futuro robado. Otro joven de color asesinado. Una muerte que desembocó en lesiones, violencia y disturbios en los días siguientes, dejando al descubierto divisiones y sistemas de injusticia. Una lucha y confrontación que hoy continúa.

Que fluya la justicia como un río, y que el derecho mane como un impetuoso arroyo.

Familia, amigos, seres queridos, y vecinos de Michael Brown que no pueden llorar en paz porque sus patios están llenos de gas lacrimógeno, balas de goma, violencia y fuerza militar. Niñas y niños sin poder asistir a la escuela. Un lugar donde las sombras de la noche traen incertidumbre en lugar de descanso. Un lugar que también podría ser el nuestro.

Que fluya la justicia como un río, y que el derecho mane como un impetuoso arroyo.

Un tiempo donde las manos en el aire no sólo significan rendición, sino también solidaridad. Mientras las diferencias tratan de reinar, nosotros buscamos otro camino, una nueva manera de vivir en comunidad. Cambia nuestros corazones y transfórmalos de ser lugares que ven "otredad" a ser lugares que honran tu imagen en cada persona. Guíanos a usar nuestras voces para denunciar el racismo que todavía prospera en medio de nosotros, buscando sistemas de rendición de cuentas que mantengan la justicia para todas las personas. Fortalécenos para la difícil, pero hermosa tarea de desmantelar el racismo y construir una comunidad donde todas las personas son bienvenidas y honradas.

Que fluya la justicia como un río, y que el derecho mane como un impetuoso arroyo.

No hay excusas. No hay botones de “reinicio”. Sólo nosotros, tu pueblo fiel, que busca formas de llevar la esperanza en un momento en que desesperadamente se necesita. Mueve nuestros corazones, libera nuestras mentes, guíanos a seguir tu camino. Ayúdanos a echar a un lado nuestra complacencia para dar cabida a tu Espíritu, que nos llama hacia adelante desde este lugar. Haznos instrumentos de tu paz.

Que fluya la justicia como un río, y que el derecho mane como un impetuoso arroyo.

AMÉN.

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