Nuestra nación está tóxicamente enferma y muy distante del ideal que proclamamos al repetir:
“I pledge Allegiance to the flag of the United States of America and to the Republic for which it stands, one nation under God, indivisible, with Liberty and Justice for all.”
(Prometo lealtad a la bandera de los Estados Unidos de America, y a la Republica que representa, una nación bajo Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos.)Ahora bien, la salud de la nación tiene partir de nuestra salud emocional y espiritual como individuos. Para sanar la comunidad de este mal (o más bien, males) hay que comenzar con uno(a) mismo: reconociendo, confesando y arrepintiéndose por la propia participación en el sistema de antivalores, renunciando a seguir perpetuando el sistema, y obrando para concienciar y educar a otras personas.
Por tal razón confieso y pido perdón por todas las veces que a través de mis años he participado de este mal, ya sea haciendo o consintiendo expresiones y comentarios racistas, sexistas, homofóbicos, xenofóbicos, etnocéntricos o de cualquier otra índole que menosprecien, denigren, deshumanicen o cosifiquen al prójimo. La dignidad humana no debe ser pisoteada, ni siquiera “de jugando”. Los prejuicios se aprenden – y se enseñan – de generación en generación con cosas tan “simples” como un chiste. Por medio de bromas, chistes y juegos estos prejuicios se perpetúan en el inconsciente colectivo al punto de llevar a personas a cometer horrendos actos de violencia creyendo que con esto le hacen un bien a la patria, a la humanidad o a su dios.
Quizás esto le pueda parecer simplista o tonto a algunas personas, pero por algún lado hay que empezar. El camino por delante es muy largo, escabroso, y hasta peligroso (muchas personas han pagado el precio de este camino con sus vidas). Y en ocasiones nos veremos muy tentados a dejarnos arrastrar por el sistema, creyendo que no es nuestro problema. Aún así hay que seguir caminando. No podemos desistir de la idea de que un mundo mejor es posible para todas las personas.
+++UPDATE: 3 de julio de 2015+++
Al momento han ocurrido cerca de 8 incendios en templos de iglesias afroamericanas. Algunos han sido catalogados como accidentes, pero varios han sido catalogados como intencionales. No podemos rendirnos ni descansar hasta que seamos una nación donde realmente hay libertad y justicia para todas las personas.
(Otro post relacionado con este tema, desde una perspectiva teológica: "El racismo nuestro de cada día")
No hay comentarios:
Publicar un comentario