La vasija se echó a perder
Domingo, 4 de Septiembre de 2016 Al momento de escribir estos pensamientos me encuentro en un avión, en alguna parte del trayecto entre San Juan, Puerto Rico y Fort Lauderdale, Florida. Esto de andar por los aires tiene un no sé qué que suele motivarme a escribir. Así que, aquí estoy, otra vez, orando, pensando y escribiendo. Durante mis años universitarios (hace más de dos décadas), un querido amigo y pastor , que fue mi mentor espiritual me advertía que los pastores suelen sufrir lo que él denominó el “síndrome del acomodador de cine”. El se refería a las personas que laboran en las salas de cine, ayudando a los visitantes a encontrar un asiento apropiado donde ubicarse y disfrutar de la película del momento. Cuando la sala se encuentra a oscuras, iluminan el camino con una linterna para ayudar a quien ha llegado cuando las luces principales ya han sido apagadas. Siempre pendientes a ayudar a la audiencia, a pesar de estar en el cine estos asistentes no tienen la oportunidad de
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